De Hija de Perra "El puto cansancio se ha ido convirtiendo en tedio, el tedio es agreste, el tedio es inmóvil, el tedio es como una eclosión, como aceite humano se me pega, aparece, brota, no lo llamé, te lo juro... no pensaba escribir, no tenía la menor intención, no tenía, estoy harta de escribir, escribir no tiene ningún otro sentido que espantar el tedio, no vale la pena, tú te crees que tengo todo el tiempo del mundo... No ves cómo se cae todo, cómo piden por las calles los pobres que no existen... Estás ciega, estás ciega que no ves cómo nos dejan a la orilla del camino... ya nadie, nadie lee, nadie... se cae a pedazos esta ciudad, se cae... ¡En ese lugar ayer no había un edificio de departamentos! no estaba esa muchacha levantando automovilistas... no estaba yo tan harta, escuchándole citar a Foucault a este pobre tarado -no me impresionas, ni aunque cites a Sartre, ni a Mallarmé, ni a Nietzsche. No tienes idea de nada... no tienes idea, le digo... cállate, cállame, quítame esta cabeza que nunca para, desnúcame, cúbreme el cuello con tus brazos y arráncamela...
invítame a tomar un trago, llévame lejos de este tarado, llévame a tu cama, necesito que me lleves a una cama, a un motel de paso, no me importa... quiero que me digas lo que me dices cuando estamos solas, vuélvete perra me dices, lámeme me dices y es que cuando me quito el pulóver puedes ver el pelaje de mi cuerpo, la cola, estoy muriendo... duelen las tripas, estoy cansada, más triste que cansada, hace tiempo que no descanso de este tedio... ¿tienes algo para fumar?... Estás sorda que no escuchas nada, nada escuchas, estoy harta de hablarle a nadie, estoy harta de mirarle las pestañas plateadas al chico de la barra... estás ciega... no has visto cómo crece la cultura... cómo se van al éxito... cómo se hacen los finos, cómo se callan la boca... qué hago en este lugar lleno de ansiosos idiotas... beben y comen como cerdos... para matarse el hastío... Un idiota me habla de su nueva novela... cállate me digo como si le dijese cállate... Míralos, me digo, como si los miraras... a ti, que nunca has estado, nunca, míralos, se mueven como si toda esta mierda fuese importante... salen a la calle a tomarse un trago y hablan de literatura hasta que se emborrachan, y levantan la voz para que alguien los escuche y escuchan sus pobres voces borrachas levantarse... es una pena, una triste pena, a mí también me mata la pena... Míralos cómo los traiciona la lengua y parecen estúpidos y se quedan en silencio como si pensaran, mirando a la nada, porque saben que no son nada, saben que después de las palabras no queda nada, nada que no sea el registro banal y perecedero del recuerdo...”
El Alcohol "Me he perdido en un largo delirio, hay alguien junto a mi cuerpo, en un motel descanso después que me partieron el vientre, temo irme en el sueño, tanto como temo desvalijarme, envolverme en bruma ante un nauseabundo amor, clamo por los desarraigados cuando bebo y tu rostro flota al ras del líquido en el vaso y otros cuerpos acompañan desnudos esta terca soledad, estoy lejos de la tribu, no me toca la corrupción del bienestar ni los alcohólicos de clase, espero por un lugar donde el alumbrado no se apague al alba, donde el grito de los ausentes no acabe salido el sol.
Quiero verte, acariciarte como si acariciara una fina navaja. Camino por San Martín a estas horas, para proyectarme en los ojos secos de otras rameras, estoy tan harta, sueño en la desolación.
En la soledad de la casa fría, las colillas de cigarro aparecen desde el piso como ampollas, siento la fragilidad del cuerpo, la mirada cortopunzante; me abracé a mi propia sombra, me alejé de otros cuerpos, de sus dulces voces diciendo no te vayas esta noche. Camino sorda, respiro y mato con el aire. En el sitio del corazón me late un metal, atrofiado, maldito.”
De Piedras Rodantes
"Hace tanto tiempo, querida amiga acá los poetas mienten y tus ojos son ya un par de gorriones que se fornican no sé donde reniego de la poesía y todas esas banalidades la mistral ha muerto Neruda ha muerto Lihn ha muerto sólo quedamos los necios. Recuerdas cuando nos emborrachamos amparadas por una chimenea medio loca tú, estás allá ahora, recordándolo todo con un suave dejo de melancolía la puta melancolía que has guardado largo tiempo en el anonimato y un sol turístico cae sobre tu rimbombante isla en el Mediterráneo mientras acá el sol pega sobre cientos de cabezas hastiadas. Ah, querida mía los seres somos tan maleables de ahí la distorsión a la que Hugo intentó someter el alejandrino.”