En un instante
Lavar mi Némesis Divina
en la tormenta de ti chiquilla
Como un secreto que dejamos a este invierno
cuando dibuja máscaras de sonidos
remotamente en la nostalgia
La lluvia sigue latiendo la lejanía
de un volantín a años luz
He abierto la rendija del insomnio
para dejar en paz
un laberinto de tus roces
Noctámbulos concurren
a los cerrojos de una luna que habita
en esta ciudad sin centro
Una carcajada mía
es como un anfiteatro pobre
con su público de espanto
allí te encuentro abotonada
Como una medalla de Santo mujeriego
te llevo colgada al pecho.
Intelectus
Ahora ya sé quien soy
el prójimo de las escrituras
sin agua ni merced
me llamaron varón
Un grafiti cualquiera en la pared que imagina
dibujar lo que fuese
menos a Dios en una sola O
Ahora ya sé quien soy
mujer madre nunca pontífice
No soy
La súplica mal leída y alucinada
del Padre Nuestro al morir no
Soy quien se arrodilla
ante el nacimiento
ante la muerte ante la resurrección
ante la bronca del pan y del vino.
Insomnio
Pienso en
qué comen los cometas
para que no den almendras sobre la noche
Pienso en la ira de la pupila
en el bulto de una mirada
clavándome sudarios en las mejillas
Pienso
en la belleza de mi muerte
pienso en los campos de astillas solares
pienso en países desterrados
tras una montaña de saliva
Por eso
Porque tiemblo en las calicatas cuando dicen
tus golpes que me aman
en un jardín de ángeles desmalezados
en la jauría de tu anonimato
Es que pienso no pienso
Pienso en
como te describo.